jueves, 30 de diciembre de 2010

Hola de nuevo a todos, hoy dos actualizaciones, esta última es para invitaros a ver mi Flickr ya que estas navidades he comprado una cámara (la de la foto) e iré subiendo algunas fotos que me gusten ahí, supongo que también las pondré por aquí, ya veré...



Un saludo y Feliz año!


Quiéreme si te atreves

Hoy quiero recomendar una película que me recomendaron hace un tiempo pero que conseguí ver el otro día, se llama "Quiéreme si te atreves", la versión original, en francés, se titula "Jeux d'enfants" (= Juego de niños) que es en realidad lo que se ve a lo largo de la película, un juego de niños.
Os dejo la sinopsis que muestra labutaca.net de esta película.



Toda una vida para decir “Te quiero”. Y todo por culpa de un juego... O quizá gracias a un juego. Sophie (Marion Cotillard) y Julien (Gui-llaume Canet) han diseñado las reglas del jue-go. Y serán, de por vida, los árbitros... y, a menudo, las víctimas. “¿Te atreves?” “Me atrevo”. Se atreven a to-do, desde lo mejor a lo peor. Ridiculizan los tabúes, se saltan las prohibiciones, se enfrentan a la autoridad, ríen, se hacen daño. Son capaces de todo... excepto de reconocer que se quieren. El juego empieza con un desafío inocente: un desafío para olvidar que mamá está muy enferma... para olvidar que toda la clase la llama “polaca guarra”. Después de unos cuantos desafíos, el juego se ha conver-tido en lo más bonito, lo más intenso de la vida de los dos niños. Juegan, se quieren... El juego, el amor... El amor, el juego... Pero es mucho más simple ser sólo amigos. La vida pasa, el juego si-gue cada vez más intenso, como la pasión... Y cada vez que con-testan “Me atrevo” están diciendo “Te quiero más que a mi vida”. “¡Me atrevo!”

Si queréis una opinión personal, aquí la tenéis, en una palabra: Preciosa


Aquí os dejo también alguna frase que me ha parecido interesante y que puede hacer que queráis verla:


"Tápate los oídos, fuerte, fuerte, fuerte, más fuerte todavía... ¿oyes lo mucho que te quiero?"



"¿Un juego de idiotas? Tal vez, pero ¡era nuestro Juego!"

martes, 21 de diciembre de 2010

Nuevos

Hoy quiero dedicar esto a muchas personas

A esas personas que han entrado en mi vida hace poco más de tres meses (alguno hay que menos de dos meses) 
A esas personas a las que, a pesar del poco tiempo que ha pasado, quiero, siento que puedo confiar en ellas, siento que ellos son mis amigos, siempre unos más y unos menos (claro está), pero amigos de todas formas.

Pero lo mejor de todo es que, en estos tres meses me he dado cuenta de que he encontrado a amigos de verdad, o eso me están haciendo creer...
Ellos son increíbles, y con ellos he pasado momentos increíbles: viajes, cumpleaños...

Y a ellos quiero dedicarles esta CARTA A UN AMIGO

No puedo darte soluciones
para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites, estaré allí.

No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano
para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tu triunfo y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte,
a estimularte y a ayudarte si me lo pides.

No puedo impedir que te alejes de mí.
Pero si puedo desearte lo mejor
y esperar a que vuelvas.

No puedo trazarte límites
dentro de los cuales debas actuar,
pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos
cuando alguna pena te parte el corazón,
pero puedo llorar contigo
y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.

Jose Luis Borges

Gracias por ser así

domingo, 12 de diciembre de 2010

Cumpleaños feliz!


10 Diciembre 2010

Una gran celebración de cumpleaños, ella cumplió 18 (el 1 de Diciembre), yo 17 (el 10 de Diciembre). 
Muchísimas gracias a todos una vez más, sois lo mejor, de verdad.

Espero que esto se pueda repetir en poco tiempo, aunque no sea otro cumpleaños.

Gracias

lunes, 6 de diciembre de 2010

Conciertazo de Pereza

Hola a todos, hoy quiero actualizar el blog (después de bastante tiempo) con unos vídeos que grabé en el concierto que dio Pereza la semana pasada en la Sala Gamma (Murcia).

Siempre me ha gustado el grupo y nunca había tenido la oportunidad de verlos en directo, lo conseguí, por fin conseguí ir a un concierto de Pereza, este era uno de los conciertos de fin de gira y también tuve la suerte con ir con unos buenos amigos. ¿Qué más se puede pedir?

Bueno, aquí os dejo los vídeos:

Champagne




Llévame al baile





Estrella Polar





Leones




Espero que disfrutéis tanto como disfruté yo en el concierto. un saludo

sábado, 27 de noviembre de 2010

When you are smiling

Bueno, el blog se está transformando en un blog sobre literatura, más bien sobre poemas, no se si esto os gustará. Tanto si os gusta como si no, no dudéis en decírmelo por medio de los comentarios. 

Hoy os dejo con un poema de Benedetti, hace unos días puse uno, hoy pongo otro y creo que volveré a poner otro, ¿por qué? Porque me gusta mucho la poesía de Mario Benedetti e intento compartir cualquier poema que me gusta y me hace pensar con vosotros.

When you are smiling
When you are smiling
ocurre que tu sonrisa es la sobreviviente
la estela que en ti dejo el futuro
la memoria del horror y la esperanza
la huella de tus pasos en el mar
el sabor de la piel y su tristeza
When you are smiling
the whole world
que también vela por su amargura
smiles with you.

Mario Benedetti


Espero que os haya gustado tanto como a mi. Los últimos cuatro versos son los que más me gustan: 
"Cuando estás sonriendo, el mundo entero, que también vela por su amargura, sonríe contigo"

Sencillamente increíble.

Un saludo

lunes, 22 de noviembre de 2010

Una de Catulo

Hoy me ha tocado traducir en clase el poema 76 de Catulo, sí, un poeta clásico, uno de los que hace que en ocasiones mi cabeza solo piense en latín y no pueda hacer otras cosas que hablar de latín y hacer cosas de latín... odio esos momentos.

Bueno, me ha tocado traducirlo y me han gustado mucho estos dos versos, creo que tienen gran parte de verdad, os pongo rápidamente en contexto, en 3-4 líneas:
Catulo tenia una amada, llamada Clodia aunque el la llama Lesbia, bien, él está enamoradísimo de su Lesbia, la quiere más que a su carne, que a su pueblo.. en fin cosas de latinos... habían hecho "pactos de amor" y Lesbia lo ha roto, y este poema 76 cuenta cuando Catulo se harta de tantas infidelidades de Lesbia y rompen, aunque creo que no es la ruptura definitiva.

Supongo que os habréis quedado un poco igual pero bueno, aquí está el fragmento, es bonito, da qué pensar.
Difficilest deponere subito longum amorem,
difficilest, verum hoc qua lubet efficias.

Para los que no sepan latín, supongo que muchos, la traducción es la siguiente:
Es difícil olvidar rapidamente un largo amor, 
es difícil, pero lo harás, de la manera que quieras.


Espero que os haya gustado, no os olvidéis de comentar.
Gracias de antemano.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Cambio

Hola!
Aviso que estoy haciendo algunos cambios en el blog:

  • En primer lugar he cambiado la dirección, ahora es http://jnicolas13.blogspot.com (esta es más personal)
  • Estoy pensando en cambiarle el título también, aunque aun no se cual.
  • Y por último voy a cambiar el aspecto del blog, el fondo y esas cosas, el estilo no, nunca.
En breve estarán todos los cambios, mientras esté trabajando en ellos no actualizaré (una semana como mucho)

Un saludoo

lunes, 15 de noviembre de 2010

Los dos ángeles

Hola a todos, parece que con las últimas entradas que estoy "escribiendo" el blog se esta convirtiendo en uno de arte y literatura, y eso me gusta, no se a vosotros. Hoy quiero actualizarlo con un poema que tengo que comentar de Rafael Alberti, esta extraído de su obra Sobre los ángeles y me parece un poema cargado de lirismo y me gusta bastante, ahí va, se titula: "Los dos ángeles"

Ángel de luz, ardiendo,
¡oh, ven!, y con tu espada
incendia los abismos donde yace
mi subterráneo ángel de las nieblas.

¡Oh espadazo en las sombras!   
Chispas múltiples,
clavándose en mi cuerpo,
en mis alas sin plumas,
en lo que nadie ve,
vida.

Me estás quemando vivo.
Vuela ya de mí, oscuro
Luzbel de las canteras sin auroras,
de los pozos sin agua,
de las simas sin sueño,
ya carbón del espíritu,
sol, luna.

Me duelen los cabellos
y las ansias. ¡Oh, quémame!
¡Más, más, sí, sí, más! ¡Quémame!
¡Quémalo, ángel de luz, custodio mío,
tú que andabas llorando por las nubes,
tú, sin mí, tú, por mí,
ángel frío de polvo, ya sin gloria,
volcado en las tinieblas!

¡Quémalo, ángel de luz,
quémame y huye!

Rafael Alberti.


Y ya que este poema habla de ángeles, "buenos" y "malos", quiero recomendaros un libro que me gustó muchísimo y que cuando tenga tiempo me gustaría releer, se llama "Dos velas para el diablo" y está escrito por Laura Gallego García, conocida por escribir la saga de Memorias de Idhún.


Un saludo!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Ahora es el silencio

Hola de nuevo a todos. Hoy, mientras uno de mis profesores hablaba, yo pensaba en el trabajo que he de hacer para mañana, he estado pensando en una parte que he tenido que eliminar obligatoriamente porque no es acorde con el tema que he elegido para mi monografía, el trabajo más importante (aunque luego no tanto) del Bach. Internacional, pero bueno, no es interesante hablar de estudios ahora. 
La semana pasada, hablando con mi antigua profesora de lengua, que ahora me ayuda en la realización de la monografía, tuvimos que acordar eliminar este relato de la selección, ya que no era acorde con el tema. 
Este relato tiene como título: Ahora es el silencio, está escrito por Dionisia García, una autora nacida en Albacete pero afincada en Murcia.
He decidido poneoslo aquí para difundirlo un poco, pues sinceramente me encanta, y poquísima gente lo conoce, es un poco extenso, la verdad, pero merece la pena, os animo a leerlo y a comentar qué os parece.

Ahora es el silencio

No Juan, aquí no hay más que cerros; si las nubes se juntan, malo, si no, la boca nos escuece de tanta polvareda.
Cuando termine la ronda en la casa, saldré a traer cerveza. Menos mal que los tiempos han cambiado. Los tiempos, porque nosotros permanecemos estrangulados. Antes era el trabajo, de sol a sol, ahora es el silencio: parece que no nos conocemos. Por las maña­nas, al despertar, vigilo tus desperezos, el ademán can­sado al subirte el pantalón, como si te pesara ser hom­bre; después oigo el chocar del agua contra el rostro, y percibo olor a colonia. Antes de abandonar el cuarto me saludas, casi sin mirar, elevando la mano, cual si te fueras en el tren. Ya sola, hundo el rostro en la almohada y echo de menos el beso de otros tiempos, que intento atraer en el recuerdo, para que viva en mí, y me invada aquella ternura. Esfuerzo inútil porque nada será igual. Te has endurecido; ni_ rastro de los años. En ellos, esperaba cada día nuestro encuen­tro, ocupada en cosas capaces de despertar tu interés. Porque la tierra no importa; tus gustos no andaban en consonancia con el trabajo; eso de que las gentes se agrupan según el medio, vamos a dejarlo: ¿qué tienes en común con Luis el Rijo, o con el Calandrio? Siem­pre fuiste delicado; recuerdo tu aparición, cuando me trajiste aquel manojo de clavellinas atado con un jun­co. ¡Qué bien olían! Besé tus dedos, uno a uno. Creo percibir aún, contra los labios, la piel huraña. No te mostraste expresivo, pero supe que te gustaba; eso y otras cosas que no voy a relatar ahora.
Me gusta avivar recuerdos; intento, por otro lado, hacerte comprender que esta época también nos perte­nece, y hay que tirar de ella. Verdad es que nuestra juventud se ha mermado; ya no veo alfileres en tus ojos, percibo en ellos cansancio, recubierto por telo blanquecino. No quiero decir que no me atraigan; busco en ellos, una y otra vez, hasta encontrar gotas de picardía; porque lo mío es buscar, construir escalo­nes. Son pequeñas trampas, engaños para seguir... Rosa Munera se viste de rica para esperar a su marido. Esos trajes los utiliza durante la ceremonia del recibi­miento. Quienes la han visto dicen que se transforma, que cambia de voz y de maneras. La escena debe ser digna de admiración: él en traje de faena, y ella entre sedas. Así les sorprende Rosalía, su vecina, que no sale del asombro.
Yo no tengo que recurrir a fantasías; lo nuestro es diferente; a ti te gusta pensar, leer el periódico, y sen­tarte; parece que vas a morir... No me molesta tu des canso sino la falta de azogue en el trato. ¿Qué te ha hecho caer? Nuestro estar es bueno: vivimos. Eso sí, trabajamos para producir, más de cuanto suponen nuestros gastos; ¡que ésa es otra!: trabajar para que otros arramblen. Sin embargo, no me quejo, y mucho menos de ti. Escarbo para saber por qué nuestra voz, nuestros gestos, son solamente un trámite. Cuentan que algunas mujeres se cargan de hijos sin hablar ni gozar. Nunca lo entendí; como tampoco entiendo que se permanezca bajo un mismo techo, para sentirse seguro y acompañado, mientras nos enzarzamos pre­sos en las cosas, sin saber en qué día amanecemos.
Tu desgana no será por los tiempos, que son dispa­ratados, pero no malos para los adelantos y el saber. Maravilloso es que puedan hurgar en el cielo, y que sepamos el vivir de los africanos sin movernos de casa. Lo del cielo es asombroso. ¡Quién lo iba a decir! Como si perder el peso de los pies fuera cualquier cosa. Siglos han pasado, y ha tenido que ocurrir en el nuestro.
Mentira me parece que te hayas quedado seco. Los recuerdos surgen de tu decir. En el barrio de Las Cañas te buscaban cuando hacía falta que alguien hablara. Por la facilidad en explicarte se abrieron caminos para los dos. Hasta las fronteras se allanaron. Si regresamos fue por tu gana. Transcurridos los años, estamos en el lugar donde nacimos. Me sometí a tu decisión, y, poco a poco, te has abandonado extraño.
Cuando silben los primeros vientos del otoño, habremos cumplido la segunda década, desde aquel día hermoso de nuestra boda: laten todavía tus palabras tranquilizadoras, al sentirme temblar entre la gen­te. Sé que aquello era otra cosa, por eso no pido que me mires con ojos de mozo. Tampoco me gustarían las mismas palabras; pensaría que te reías de mí. Una vez me explicaste en qué consistía tener imaginación; fue en el extranjero, cuando íbamos a la escuela nocturna. No tengo yo palabras. A mi manera, creo que imagi­nación es eso... buscar. Como Roque el Espigao que, en los últimos años, andaba doblado día y noche por las calles porque temía morir si dejaba de correr y bus­car. ¿Buscar qué?: "La vida" -contestaba. Hace días algo parecido ocurrió en la ciudad. Fue en una calle céntrica, a pleno día; no tuve más remedio que dete­nerme llamada por el espectáculo: un muchacho canta­ba, rezaba, o decía versos. Dejé caer unas monedas que rechazó. ¿Por qué cantas? -pregunté. Su sonrisa avivó la mía. Son respuestas de juventud, pero en ellas también estamos nosotros; mientras alentemos hemos de buscarnos, y más en estos cerros.
¡Cuanto camino! Más que episodios parecen vidas dentro de la vida. Juntos aprendimos a beber cerveza en aquellas jarras de Munich que parecían corcioles. Nuestro enganche era fuerte entonces, y después, cuando el cuerpo se te vino abajo, y tuvimos que can­celar para buscar el avío en otra parte. Aquello fue una aventura; entramos en ella cuando no se nos había cansado la vida. Al regresar, te empeñaste en alzar los ahorros en el último hueco de la casa, para seguir con el yugo y el hervor de la tierra; seguir sin alegría. Lo noto cuando llega la noche y te echas al sueño; apare­ces en la cama desvencijado; tanto, que toco tus sienes para sentir golpes de vida. El aleteo de la nariz me hace percibir que sufres o gozas. Cuando despiertas, vuelves a ser con la expresión marchita. Yo espero. Una mujer de ahora hubiera huido. Muchas cosas me mantienen a tu lado: otras son la costumbre: sé cuándo te duele el tiempo sobre los huesos, cuándo vas a toser, o piensas en política, y te preocupas; sin que por ello hables mal del país y de los que gobier­nan. Al contrario, a más crisis más trabajo el tuyo.
Cumples como el mejor. Por eso me duele más tu mudez. Las palabras nos hacen mejores; son la necesi­dad cuando ya no somos impulso. No hablo de mí; abriste surco en mis ideas con tus enseñanzas: "Sién­tate mujer, vamos a hablar un rato; hablar es tan importante como faenar". En ocasiones, leías en voz alta algo que había llamado tu atención, porque esa afición tuya a la lectura viene desde antes de conocer­nos. Recuerdo que la noche de nuestro primer encuen­tro me preguntaste: "¿Lees antes de dormir? La pre­gunta me sorprendió; reí con ganas. Creía que leer era cosa de señoritos; nosotros podíamos sentirnos satisfe­chos con cuatro garabatos para entendernos. Después he comprobado que se puede llegar a más, con cierto sacrificio. Tú lees, a pesar del trabajo, porque la lec­tura siempre te ha llamado. Sin maestros ni orienta­ción alguna, lees aquello que tu ser te dice. Un vera­no, recuerdo, te despistaste, y estuviste durante dos meses leyendo estadísticas. Nuestra información sobre incendios, muertes, accidentes, y otros hechos conta­bilizados, era de primera. Rosa Munera sentía envidia por mi saber; y asombro. También yo, de mis progre­sos. Inevitables, por otro lado, porque tan enfrascado estabas que, durante el sueño, me hablabas sobre acci­dentes de tierra y aire, ocurridos en el mundo cada veinticuatro horas. ¡Cuando no pensé que estabas loco entonces...! Y no lo pensé. Ahora sí me preocupas.
En semejante situación, temo que te pasmes por dentro, y se te deshaga el cuerpo. Porque mientras hablamos nos vamos apañando: echamos fuera aquello que nos estorba, o nos envalentonamos al oírnos. De ello sabes porque has sido hablador, e increíblemente has cerrado el pico. Es de esperar que sea pasajero. No eres viejo, para hacer quiebro tan marcado. Toda­vía no se agavillan tus huesos: subes la calle "templao" y pechugón, como los barcos. Algunas no parpadean cuando apareces. Las he observado a través de la per­siana. Descansan en ti los ojos, las muy... Más les valiera pensar en sus hombres. Ni en el extranjero me permitía esos lujos. Contigo me encuentro plena; de ahí mi inquietud al verte postrado.
A, la par, podremos encontrar solución a tu cansancio: vencer la tristeza, sentirnos uno, en este mundo arisco e impresionante. Hemos de reconocerlo: las cosas que ocurren son nunca vistas. Cuando se haga el recuento, pasados los siglos, hablarán con creces de estos años. Nosotros no contarnos, ni otros que sean más. El mundo sigue su marcha como si estuviera vacío. Tuyas son las ideas que me llevan a concluir. Ahora se han cambiado los papeles: yo hablo y tú callas. Más que eso, miras con la expresión muerta. Cambiaste al cumplir los cincuenta años. Algunos, a esa edad, hasta son políticos.  No te entregues, hom­bre, vivir a rastras nos hace amargos. Además, las enfermedades de tristeza quedan para los ricos. Tú tie­nes que salir al tajo, echar cuerpo en ello. Si el ánimo se seca, las fuerzas se aflojan, y estas tierras nos perte­necen en sus cosechas. Subido en la maquinaria, pareces un rey, mientras aplastas y revuelves el secano. Tu mirar, a veces, me reprocha la aparente eufo­ria. ¿Crees, tal vez, que campaneo todavía? Desde que Genoveva nos dejó, la casa está sombría. He de luchar contra tu amargura y su ausencia. Los hijos duelen.            Se fue porque sufría al vernos _ extraños Cuesta seguir. El brío no es el mismo; también yo noto el cuerpo': tengo años; pero quedan edades, y hay que aventar la vida mientras estemos en pie, como los árboles. Si supieras mis luchas... Muchas veces voy al ensanche para respirar, y contarle a nadie cuanto me pasa, mientras oigo zurear las palomas, y buscarse. Al regresar soy otra.
Antes cantabas; si lo hicieras ahora, abrirías cami­nos, y tu voz, mantenida, llegaría a mi necesidad. Mañana...
- ¿Quién habla en esta oscuridad? - Soy yo Juan, acércate.
- No veo. Enciende.
- Qué falta hace la luz.
- Hablabas sola; y a oscuras. Desde el umbral oí mi nombre, y otras cosas. ¿Por qué?
- No sé, para desahogarme. - ¿Estás llorando?
- Temía por tu vuelta.
- ¿Dónde estás? Enciende.
- La luz es un estorbo, Juan, acércate a mi voz.

martes, 9 de noviembre de 2010

Te quiero

Hola a todos, ahora sé que al menos hay dos lectores (lectoras más bien) en el blog, ya que me siguen públicamente, gracias.

Siento no haber actualizado antes, pero estoy bastante liado con los estudios y no tengo mucho tiempo para escribir entradas para el blog. Esta noche lo actualizo con un poema de Mario Benedetti titulado "Te quiero" que si os da pereza leerlo también lo podéis escuchar (Click aquí para escuchar). 

Se me ha ocurrido poner este poema porque creo que a veces resulta complicado decir estas dos palabras, ya sea por miedo al rechazo, por vergüenza... pero de eso ya hablaré largo y tendido en otra entrada que estoy pensando, por el momento aquí va el poema, espero que os guste:

Tus manos son mi caricia 
mis acordes cotidianos 
te quiero porque tus manos 
trabajan por la justicia 

si te quiero es porque sos 
mi amor mi cómplice y todo 
y en la calle codo a codo 
somos mucho más que dos 

tus ojos son mi conjuro 
contra la mala jornada 
te quiero por tu mirada 
que mira y siembra futuro 

tu boca que es tuya y mía 
tu boca no se equivoca 
te quiero porque tu boca 
sabe gritar rebeldía 

si te quiero es porque sos 
mi amor mi cómplice y todo 
y en la calle codo a codo 
somos mucho más que dos 

y por tu rostro sincero 
y tu paso vagabundo 
y tu llanto por el mundo 
porque sos pueblo te quiero 

y porque amor no es aureola 
ni cándida moraleja 
y porque somos pareja 
que sabe que no está sola 

te quiero en mi paraíso 
es decir que en mi país 
la gente viva feliz 
aunque no tenga permiso 

si te quiero es porque sos 
mi amor mi cómplice y todo 
y en la calle codo a codo 
somos mucho más que dos.


lunes, 1 de noviembre de 2010

Metropolitano

Hola a todos, hoy es el segundo día de vida de mi blog y quiero actualizarlo con arte, con algunas obras de arte que me encontré cuando entré al Metropolitan Museum of Art (Click aquí para ir a web oficial).

Pensando en mi visita a este museo hace poco más de un mes, se me ha ocurrido hablar sobre la asistencia de los jóvenes y no tan jóvenes a los museos. 

Cuando nos dijeron a todos los alumnos del intercambio que iríamos a un museo, todos pusimos cara de poker. No, no nos gustan los museos, decíamos la típica frase: "Si me pierdo, en un museo no me busquéis", la verdad es que yo también pensaba eso.

Me quedé maravillado con algunos de los óleos que vi en el metropolitano, es increíble como los pintores cuidan cada detalle, como saben expresar con unos trazos toda una historia, toda una escena, todo un sentimiento...

¿Y todo ese esfuerzo y trabajo para que? Para que vayamos muchos de nosotros a ver el cuadro y pongamos cara de aburrimiento porque no sabemos apreciar la belleza, o porque simplemente nos negamos a aceptar que puede que con un poco de insistencia nos guste, no sé,  a mi tampoco me gustaban los museos, los museos y yo éramos incompatibles, pero ahora no, he cambiado mi chip, supongo que será por lo que he visto, porque esto no se ve en todos los museos. 

Durante la visita teníamos que hacer un pequeño comentario de los cuadros que más nos gustaran y me sentí inteligente, de verdad, el curso pasado tuve que comentar imágenes que tenían relación con la historia, muchas de ellas eran pinturas, y aprendí a describirlas bastante bien, o eso creo yo; y me sentí inteligente al saber expresar con palabras qué quiere decirnos un pintor con unos trazos, unos colores y un juego de luces y sombras. 

No se si coincidiré con vosotros en este asunto, pero si podéis ir a un museo a ver obras interesantes, id, y disfrutad de lo que véis, porque no podréis verlo todos los días.

A continuación pongo algunos de los cuadros que más me gustaron del Metropolitano:

"Springtime"  Pierre Auguste Cot (1873)


"Wheat field with Cypresses" Vicent Van Gogh (1889)
Con este cuadro (Wheat fieldwith Cypresses) me quedé con la boca abierta, cuando entré a la sala en la que estaba el cuadro, alucinaba, de verdad, me encanta.


"The Sea" Gustave Courbet (1873)

Hola!!

Hola a todos.
Nunca he sabido que se ha de poner en la primera entrada de un blog, muchos amigos me lo han preguntado y nunca he sabido decirles qué debían poner, por lo tanto, tampoco lo sé ahora... Pero supongo que hay que poner un "aviso" de lo que los lectores se van a encontrar en las próximas entradas, me refiero a lo que va a aparecer en el blog.

Pues bien, en este blog, voy a subir una gran variedad de cosas: desde música, películas, series... hasta noticias y relatos escritos por mi (de esto último poco porque no escribo casi nada y lo poco que escribo no me termina de gustar, soy así, que le vamos a hacer...).

Para darle un poco de ritmo al blog nada más empezar voy a poner una canción de un grupo que podría decir que es de mis favoritos, por no decir el que más me gusta de todos. Se llama Windsor... y el grupo Pereza, no se si lo conoceréis.. Espero que os guste.

¿Por qué he puesto esta canción? Porque como he dicho es una de mis favoritas y porque he estado cantándola con una persona a la que quiero un montón. ::)


Tampoco sé si ahora mismo le estoy hablando a alguien, la verdad... pero bueno, espero que con el tiempo esto se vaya llenando de visitas y si puede ser de seguidores...


Bueno, lo dicho... un saludo a todos y... BIENVENIDOS